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NOVUS ORDO SECLORUM

Publicado: 28 agosto, 2012 en DERECHO
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Introducción

El Orden Internacional en esta última etapa experimenta una serie de rápidos cambios, distintos a los progresivos que se dieron a partir del Congreso de Viena en 1815; los mismos conceptos han ido mutando y nuevos actores cobran prevalencia. Algunos autores determinan tres ordenes instituidos que preceden al actual, estos se iniciarían con el Concierto de Europa con casi una centuria de vigencia desde 1815 y se distinguió por ser un orden multipolar, el siguiente instaurado por el Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial y duró hasta el advenimiento de la Segunda (1918-1939) y en esta etapa se mostraba un proceso de transición por la aparición de representantes poderosos entre ellos Estados Unidos y finalmente al concluir la segunda conflagración mundial e inicio de la Guerra Fría determinado por un orden bipolar concluido con la caída del régimen soviético.

A partir de 1991, se ha intentado etiquetar al actual Orden Internacional, para algunos académicos es un claro esquema unipolar y otros distinguen simplemente como una etapa transicional de la Post-guerra fría. Cabria resaltar que las circunstancias en las cuales se ha desarrollado el presente orden son diversas al pasado, por ejemplo una gran guerra no lo ha impuesto.

En el presente ensayo pretendo desarrollar algunas ideas necesarias para dar una aproximación sobre el actual del Orden Internacional, los aportes académicos desarrollados y hacia cual de los sistemas se dirige.

 

1. El Orden Internacional – Aportes teóricos

Previamente a bosquejar cualquier hipótesis, debemos enmarcarnos en un concepto de Orden Internacional, considerándolo como el sistema de reglas y expectativas acordadas entre estados como una configuración temporal del sistema internacional y como indica Alcalde Cardoza[1] también esta “referido a sus diversas transformaciones del sistema, a la existencia de un arreglo colectivo para ciertos fines y a la presencia de un mínimo de estabilidad y seguridad en el sistema”.

Stanley Hoffmann[2], citando a Hedley Bull, señala que al hablar de orden internacional debemos de distinguirlo de orden mundial, porque mientras el segundo esta referido a permitir que las necesidades básicas de la humanidad fueran satisfechas (supervivencia y provisión mínima), el orden internacional solo trata de necesidades esenciales de los estados (preservación de existencia y seguridad).

Por su parte Barbé Izuel[3], señala que no se puede hablar de Orden Internacional, si no se analiza  tres dimensiones básicas:

  1. Teórica – conceptual, con las múltiples teorías que aparecen desde el origen de las relaciones internacionales y sus escuelas existentes (realismo, liberalismo, constructivismo, etc.)
  2. Analítica, respecto a que hablar de Orden Internacional, pese a las ideas de globalización, contiene diametrales diferencias que afectan ámbitos económicos, políticos y de seguridad.

En esta dimensión al tomar el punto de sociedad de estados, nos lleva a cuestionarnos si todos los estados tienen iguales características, Barbé destaca en su texto los tres tipos de estados, un primer estado moderno o Westfeliano convencional que destaca su soberanía y la presencia de fronteras definidas, un estado pre moderno o casi-estado, como los llamados de tercer mundo, de baja soberanía y propietario de bienes públicos,  y finalmente el estado post moderno, que va más allá del modelo westfeliano, porque es de democracia avanzada , poder difuso, economía desarrollada e incluso acepta la injerencia de entes internacionales en sus decisiones internas. Pero no se encasilla en esos tres modelos ideales, cuando se trata de delinear un Orden Internacional, porque también se presentan los estados fracasados o failing state.

La política del hegemon para mantenerse en la cima actual, ha utilizado el argumento de los estados canalla o rogué state, etiquetándolos como refugio de terroristas y por ello la necesidad de intervenirlos o provocar guerras preventivas, junto a sus aliados de la Unión Europea.

  1. Política, con el carácter post moderno de los estados europeos y la política exterior neo imperial de Bush y que el presidente Obama, poco o nada ha hecho para cambiarla, puesto que son políticas de estado, podríamos anotar que son estos países influyen un sistema unipolar.

Destacamos los componentes básicos señalados por Alcalde Cardoza[4], para que se implante un Orden Internacional:

  • Voluntad y poder de una o mas potencias
  • Los Fines específicos que se buscará y las ideologías que lo legitimen
  • Una organización internacional que materialice el orden
  • Jerarquía de estados
  • Forma de equilibrio de poder

El Orden internacional deberá también basarse en la limitación de la violencia, el respeto a los acuerdos y respeto a la soberanía entre estados[5].

2. El Orden Internacional de nuestros días

Bastante se ha escrito acerca del punto de quiebre que colapso de la Unión Soviética, poniendo fin al orden bipolar y la posterior preminencia de los Estados Unidos.

Chan Sánchez[6], por su parte reconoce un actual orden unipolar unilateral que depende de la política exterior del hegemon, Estados Unidos, de los actos que realice y consecuentemente se afiance su poder o se debilite y se retorne a la bipolaridad (con la necesidad de aparición o resurgimiento de una potencia) o multilateralidad.

La globalización será otro rasgo peculiar de nuestro Orden Internacional, indicado por Alcalde Cardoza[7], además de la ideología legitimadora que contiene, como universalización del capitalismo en la cual  precisamente Estados Unidos esta asociado a entidades económicas mundiales de gran o absoluta influencia. Pero también esta globalización tiene dos efectos negativos, por una parte la nueva economía global de la guerra, mencionado por Mary Kaldor[8],  en la que también se juega el rol de factores de identidad, políticos, etc.; y las crisis financieras que ya comenzaban a mostrar su real fuerza de desestabilizar el sistema y en los últimos veinte años se dieron casi de forma continua (crisis mexicana 1994-1995, asiática 1997, rusa 1998, brasileña 1998-1999, turca 2000-2001, argentina 2001-2002, estadounidense 2008).

El hegemon también se ha desestabilizado con la crisis financiera de 2008, anunciada ya desde los años setenta, aunque a la par la otra economía mas poderosa que es la  Unión Europea cada día va teniendo funestas consecuencias en gran parte de la zona euro, la única economía en constante crecimiento seria la asiática (se calcula que la economía china superará a los estados unidos en 2035) y en menor medida la latinoamericana. Lo anterior constataría lo escrito por Roberto Mesa[9] acerca de la vulnerabilidad del hegemon por la limitación de sus posibles problemas económicos y que por lo tanto no puede darse un poder universal en solitario, sino que las circunstancias lo obligan a compartirlo con los demás.

A lo anterior se puede sumar que en el panorama mundial cobran fuerza nuevos actores como los organismos no gubernamentales, los grupos ilegales o mafias, las transnacionales, que obligadamente han modificado el espectro de las relaciones internacionales y que influencian al Orden Internacional.

Como señala Chan Sánchez[10], Estados Unidos es un país aislacionista, intervencionista con objetivos comerciales y políticos, de política exterior pragmática y posiblemente con el argumento de la presencia de estados fracasados y los estados fallidos, como potencia debe intervenir a modo del proyecto imperial que tiene por consigna, porque al tratar el tema de imperialismo , al respecto Hoffmann[11], en la misma línea que Cohen, indica que no debemos confundirlo con explotación y dominación económica, porque el imperialismo como fenómeno político los abarca per se y adicionalmente detenta el control político.

3. Posible nuevo Orden Internacional

El actual orden encabezado por Estados Unidos está en proceso de desgaste, no de desaparición inmediata, consecuencia de varios elementos, como no haber acatado las recomendaciones de la ONU, las resoluciones del Consejo de Seguridad, la no suscripción de los tratados que obligan a los demás y que muchas veces son las reglas del juego que el mismo impone.

Al ser Estados Unidos la vigente potencia, con políticas de estado de corte imperialista (con una inversión en gasto militar mas del 45% del total del mundo), no ha sabido convertir ese poder en influencia, es más la imagen internacional post gobierno de George Bush lo a convertido en un país beligerante, desestabilizador  e invasor. Sus intervenciones sin sustento legal en países de Medio Oriente, donde existen gran parte de reservas de fuentes energéticas, aun contando con los medios humanos y tecnológicos se contabilizan como fracasos notorios.

Autores como Robert O. Keohane[12], son claros al decir que se ha exagerado el rol de la estabilidad hegemónica, porque su dominancia puede contribuir al orden en el mundo político, pero no es suficiente.

Estados Unidos dentro del sistema unipolar, ha entrado en una crisis de confianza tanto con sus aliados de la comunidad atlántica, como con el resto del mundo. Es claro que la unión europea, pese a su crisis, lo que busca es un sistema multipolar porque tienen mayor apego a la institucionalización que Estados Unidos. Pero la tendencia en varios países es asociarse, formar bloques con diversos objetivos (económicos, de defensa, etc.), porque por ahora intentar desestabilizar en todos los frentes  a la potencia que es estados unidos, es una tarea difícil si se comete de forma individual.

 

Conclusiones

El panorama ha variado notablemente de forma acelerada, hasta hace solo cinco años se consideraban catastrofistas a los académicos que auguraban los cambios que vivimos. La unipolaridad actual representada por los Estados Unidos paulatinamente se ha vuelto endeble pese a los esfuerzos de sedimentarse como un imperio, que en otros tiempos tal vez hubiesen resultado, pero debido a sus acciones en la agenda internacional sus relaciones se han erosionado, incluso con sus aliados habituales de la comunidad transatlántica que se encuentran en una crisis de confianza.

En este escenario que pareciera confabulado para concluir con el breve periodo del sistema unipolar y retornar a una transición hacia la multipolaridad, tendrá larga data por los constantes cambios sociales.

Entre los factores que debilitan al sistema unipolar y fortalecen el siguiente, podríamos mencionar la actual crisis económica mundial, iniciada en 2008 en Estados Unidos y continuada con peores repercusiones en Europa, que a la vez a llevado a la protesta masiva etiquetando como responsable a los gobiernos de turno y al modelo con el que se guían.

La política exterior de Estados Unidos es otro hecho que ha desgastado la imagen del actual hegemón, el afán imperialista exacerbado  por George W. Bush y continuado por la administración Obama en la toma de decisiones que han atentado con lo dispuesto por las Naciones Unidas y el derecho internacional, así como la presencia de su ejercito en países de Medio Oriente con claro propósito de controlar recursos energéticos basándose en pretextos de “guerra preventiva” o “destruir refugios de terroristas” ha volcado a una población a verlos como ejércitos invasores y violadores de derechos humanos, esta pretensión también se ha extendido a otros países donde han construido bases militares, incluido en América Latina, donde además se ha reactivado la Cuarta Flota.

Podríamos anotar también otro factor que desestabiliza el actual Orden Internacional, como el crecimiento de nuevas potencias económicas no solo de occidente (como son China o el conjunto de BRICS), que conlleva a fortalecimiento de ejércitos y nuevas alianzas, provocando una nueva repartición del poder mundial. En la misma línea y no tanto por ser fuertes economías, tendríamos a algunos países latinoamericanos que expresamente son contrarios al modelo estadounidense y todo lo relacionado, mostrándose retadores a lo prescrito durante décadas en organizaciones internacionales (ONU, OEA) y consecuentemente creando nuevas instituciones como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), cuyo objetivo es conformar el bloque sudamericano. El modelo de estados unidos al continuar en debate va perdiendo progresivamente su campo influencia.

El futuro se avizora con la creación de nuevos bloques, como es la actual golpeada Unión Europea, pero aun así dentro de cada bloque existe un país que tiene mayor poderío político, económico y militar, tal vez seamos testigos del afianzamiento de una nueva bipolaridad o tripolaridad, pero esta vez de bloques.


[1] ALCALDE CARDOZA, Javier. Apuntes sobre la transformación del Orden Internacional. En Revista Internacional de la Academia Diplomática. Octubre/Diciembre.Lima,2005

[2] HOFFMANN, Stanley. Jano y Minerva – ensayos sobre la guerra y la Paz. Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1991 (p.95)

[3] BARBÉ IZUEL, Esther. Orden Internacional: ¿Uno o varios? – Neo imperialismo, caos y postmodernidad. Barcelona, 2004. En http://www.mexicodiplomatico.org/lecturas/Orden%20Internacional.pdf (Consultado el 3 de junio de 2012)

[4] ALCALDE CARDOZA, Javier. Op.cit

[5] BULL, Hedley. The anarchical society. A estudy of order in world politics. Londres, Mac Millan, 1977.

[6] CHAN SANCHEZ, Julio José. El sistema internacional en el siglo XXI: ¿Hacia un nuevo orden? En Iu.s et Praxis, Lima, N° 35, enero – diciembre 2004, (pp 243 – 256).

[7] ALCALDE CARDOZA, Javier. Op. Cit.

[8] KALDOR, Mary. New and old wars. En International politics: enduring concepts and contemporany issues, editado por Robert J. Art y Robert Jervis, 10° edición. Boston, Longman, 2011, (pp 231 – 237).

[9] MESA, Roberto. La Nueva sociedad Internacional. Madrid, Editorial del centro de Estudios Constitucionales, 1992, (pp 257 – 260).

[10] CHAN SANCHEZ, Julio José. El sistema internacional en el siglo XXI: ¿Hacia un nuevo orden? En Iu.s et Praxis, Lima, N° 35, enero – diciembre 2004, (pp 243 – 256).

[11] HOFFMANN, Stanley. Op. Cit. (p.105 – 107)

[12] KEOHANE, Robert.  Hegemony in the world political economy. En International politics: enduring concepts and contemporany issues, editado por Robert J. Art y Robert Jervis, 10° edición. Boston , Longman, 2011, (pp 264 – 265).